No dejamos de inventar cosas a las que una vez que nos hemos enviciado, tenemos que encontrarles el sustituto de manera inmediata. El azúcar, resulta que es malísima y tenemos que poner estevia. Los coches máquinas de 800 kilos para transportar 80, contaminar y matar el aire a una velocidad increíble y tenemos que inventar el coche eléctrico. El plástico para volver a las bolsas de tela y las botellas de vidrio. La comida chatarra, para los planes de adelgazamiento con nutricionistas que nos formulan alimentos secretos que eran los que se comían cuando comer era algo natural. El tabaco, que estaba tan tranquilo antes de que lo aprendiéramos a fumar y descubriéramos que nos genera miles de enfermedades y dejarlo nos cuesta miles de sacrificios. Y ese gran invento que fueron las ciudades, espacios gigantes para morir a solas y enlodados en ruidos y rafagas de personas que ni se miran envueltas en sus móviles, ese otro gran invento para separar que fue pensado para unir y que va a conseguir que el siguiente paso evolutivo sea una vertebra nueva en el cuello para ir siempre con la cabeza gacha y los dedos gordos mucho más gordos, o mucho más delgados, para que no pisemos dos letras al tiempo, aunque seguro que dejaremos de escribir y dictaremos o dejaremos mensajes de voz para usar más los auriculares, causantes de otitis recurrentes.
Inventamos medicina y medicamentos para vivir mucho más y al tiempo geriátricos para almacenar viejos, claro los que tienen dinero para pagarlos. Formas de convencernos de que estar tirados y abandonados frente a un televisor o un ordenador es como estar vivos… formas de disimular que le tenemos pavor a la muerte, en la que vivimos muchas veces con tal de no aceptarla con calma. No hemos construido una vida mejor, hemos alcanzado una vida más larga.
Inventamos la política y con ella perfeccionamos la democracia y para hacerla accesible le pusimos todo tipo de medios de comunicación y socialización, con el sano propósito de que todos estuviéramos mejor informados y tuviéramos más criterios para votar mejor. Llenamos esos medios de dinero, de intereses, de mentiras y ahora no solo no estamos mejor informados, sino que sabemos que todo, todo es mentira y no hay una sola discusión interesante en esos medios que unicamente nos dicen lo que nos van a robar; ellos que son hijos de bancos a los que les deben toda su honestidad y sus intereses, porque la honestidad también paga intereses.
En definitiva inventamos cosas que convertimos en cosas que hay que desinventar para poder volver a vivir como vivíamos cuando vivimos sin ellas. Esto debe ser lo de ser inteligentes… inventar para desinventar y vivir como se debe vivir.
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